viernes, 19 de abril de 2019




Salada de Mediana
Nacimiento del río Ginel
 El pueblo viejo de Rodén



Sábado, 13 de abril  











Día soleado y algo ventoso. Mediana de Aragón se despereza soñolienta. La airosa torre de la parroquial de Santa Ana vigila. Agradecemos el café mañanero; eso sí, la panadería se abre a las diez y, claro, M. se disgusta. A ritmo tranquilo y un tentempié seguimos el áspero camino de la Salada. Los incipientes trigos dan toques verdes a la amplia y terrosa vaguada. El camino, en suave ascenso hacia Monte Litigio, lugar donde se encuentra la Salada, invita a la conversación. En la leve hondonada destaca la capa salina a modo de blanca playa.  




















La Salada de Mediana, aunque situada en el término municipal de Zaragoza, es la zona más famosa de Mediana. Es una pequeña laguna salobre -14 Ha de superficie-, situada en una árida depresión excavada en los yesos de una de las terrazas del Ebro. Las escasas precipitaciones y un acuífero la alimentan, aunque pocas veces mantiene su lámina de agua, al ser la evaporación mucho mayor que los aportes hídricos. Se puede apreciar en la zona que la circunda la vegetación típica de las lagunas saladas, como la salicornia o el albardín. Todavía quedan algunos árboles supervivientes que algunas aves utilizan para descanso y refugio. Una salada en mitad de la aparente nada no cabe duda que posee un gran valor ambiental y paisajístico.














Junto a la salada se encuentra la antigua concesión minera del siglo XIX para la obtención de sulfato de sosa, destinado fundamentalmente a la industria química. Llegaron a existir hasta siete concesiones mineras, que a través de pozos extraían el agua salobre para comercializarla, bien directamente como agua embotellada, bien como sales secas tras la evaporación. La rivalidad minera queda bien reflejada en el nombre del entorno, llamado Monte Litigio por la infinidad de enfrentamientos y litigios judiciales, sobre todo entre dos de las concesiones. Las aguas y sales de Mediana obtuvieron la Medalla de Oro en la Exposición de París de 1900 y en la Exposición de Aguas Minerales de Génova de 1906. El final de esta actividad minera tuvo lugar en 1952, caducando los derechos de explotación en 1985. Actualmente tan sólo quedan las ruinas de lo que fue el complejo, que ha sido vallado por el peligro que entraña su acceso.










Según Julio Martínez Beltrán (Aguas y Sales de Mediana de Aragón), el éxito de estas aguas y sales se debe a sus efectos sobre la salud. Según un anuncio del Heraldo de Aragón de 1905: "Único manantial sulfatado-sódico-litínico magnesiano que puede ofrecer al público las Sales Naturales purgantes, diuréticas, depurativas obtenidas por evaporación espontánea de sus aguas. Sin rival para combatir los embarazos gástricos, dispepsias, catarros y atonías intestinales, congestiones del hígado, bazo y riñones". Otro anuncio de ese mismo año, añade "Eficacísimas para combatir el reumatismo, la gota y artritismo en todas sus manifestaciones. De éxito seguro contra el herpetismo, escrofulismo, eczemas y demás enfermedades de la piel. Maravillosas en las afecciones del aparato génito urinario de la mujer".






Para la explotación de las aguas se llegó a pensar en la construcción de un balneario, pero el 5 de abril de
1898 el Real Consejo de Sanidad emitió un informe manifestando la existencia de muchas dificultades para emplazarlo a más de 6 km de la surgencia de las aguas, por su clima riguroso, falta de vegetación, caminos y medios de transporte.































Regreso ponderado: mediodía, sol vertical, sin viento. Quienes eligieron el camino más ‘corto’ lo disfrutaron con fruición. Qué placer disfrutar de una cerveza fría para bajar el sofoco. Almorzamos en la ermita de María Magdalena (La Malena), restaurada por Regiones Devastadas en 1947; al lado se ha añadido un edifico para los romeros y encuentros festivos. Breve siesta, silencios impertinentes… Bajamos para ver el nacimiento del río Ginel, pequeño afluente por la margen derecha del Ebro en su parte media-baja. Tiene una longitud de 17,3 km y recorre solo Mediana de Aragón, Rodén y Fuentes de Ebro. Seguimos camino. Antes de llegar a Mediana, echamos un vistazo a Los Castellazos, un monte de forma alargada, donde se ubicó la primera ocupación de la zona, desde el siglo VII a. C., luego vino la etapa ibérica en el sigo II a. C. y la romanización.













La carretera sigue la vega del río Ginel. Sobre el cabezo destacan refulgentes las ruinas del pueblo viejo de Rodén, pues el nuevo, proyectado por Regiones Devastadas al finalizar la guerra, se construyó en las faldas del cabezo, a los pies del viejo. Desde los años 70, es un barrio más de Fuentes de Ebro. No queda muy claro lo que sucedió en Rodén. Si resultó bombardeado por aviones, arrasado por la artillería o sus casas desmanteladas para llevarse la madera para reforzar las trincheras en el frente. Probablemente fuera lo primero y luego se aprovecharon los materiales. Hoy es imposible recorrer sus calles. 













El alabastro brilla en las paredes caídas dándoles una luminosidad especial. La luz de la tarde resalta los blancos sillares de la torre mudéjar de la iglesia de San Martín, reconstruida en 2014. Está enclavada en el castillo musulmán, en cuyo interior solo se conserva una bóveda pronta a desplomarse. En 2017 el pueblo viejo de Rodén se declara Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto de Interés Cultural, figura de Sitio Histórico. La asociación Torre de Rodén trabaja para hacer valer el patrimonio de Rodén Viejo.














Rodén Viejo es uno de los seis pueblos que en España no fueron reconstruidos al finalizar la Guerra Civil, sino que se optó por la construcción de uno nuevo junto al destruido. Estos seis pueblos (Valdeanchete, Montarron y Gajanejos, en la provincia de Guadalajara; Belchite y Rodén, en la de Zaragoza; y Corbera de Ebro, en la de Tarragona) son el testimonio de la devastación producida por la contienda bélica. Tan sólo Belchite, Rodén y Corbera de Ebro presentan una conservación de ruina monumental.




En Fuentes terminó la ‘vuelta de la madalena’. 
Dulces, café y refrescos. 
Y ta casa.



Fotos de CarmenB, Matilde, CarmenT, 
Nines y Josemari