martes, 21 de enero de 2020




Magallón, Agón
Gañarul
Alberite de San Juan





Sábado, 18 de enero   





Gloria, la borrasca que acecha sobre el Mediterráneo y que desde este fin de semana nos va a dejar sentir sus efectos lluviosos y bajadas de temperatura, amagó y nos permitió disfrutar de un día invernal suave, acariciado por un tibio sol, alejado del frío cierzo. La antigua carretera nos dirige al casco urbano de Magallón. Entramos por la calle del Convento de los Dominicos y seguimos por la principal, calle de Santa María. Una concha identifica el Camino de Santiago. Un amplio pasadizo bajo el ayuntamiento da paso a la plaza de España (plaza del Mercado), algunos edificios cuentan con soportales. En un costado, la ermita del Rosario, siglo XVII. Inevitable café.


















Una calle empinada nos lleva hasta la escalinata que salva el desnivel del cabezo donde se asentó el castillo y hoy la parroquial de san Lorenzo, siglo XIV. De aquella fortaleza solo queda la torre del homenaje que ahora forma parte de la iglesia como campanario. Es curioso, que para protegerse de los vientos fríos del norte, la pared norte del templo carezca de ventanas. El entorno constituye un magnífico mirador.









Callejeamos. La villa cuenta con numerosas casas solariegas con sus blasones que denotan la importancia económica de la villa en el pasado. El paseo termina en el antiguo convento de los Dominicos, siglo XVII, con una portada de medio punto, algunas rejas de forja y la típica galería aragonesa bajo una gran cornisa. Hoy lo ocupa la Casa de Cultura 'Fernando Lázaro Carreter'. Lázaro Carreter, lingüista, escritor y director de la Real Academia Español, tuvo un íntimo sentir hacia Aragón, su tierra, y particularmente hacia Zaragoza, su ciudad, y hacia Magallón, el pueblo de sus padres y de su infancia, donde quiso que fueran depositadas sus cenizas. 



Sipca

Sipca
Sipca





Junto al mismo se encuentra la iglesia de Santa María de la Huerta. Construida en el siglo XIV en estilo mudéjar sobre una antigua ermita. Fue en esta ermita donde se hallaba la talla románica de la Virgen con el Niño que hoy se encuentra en el santuario de Nuestra Señora de Magallón de Leciñena, tras su traslación milagrosa. De acuerdo con la tradición, se le apareció la Virgen a un pastor en el año 1283, origen del santuario. La imagen de la Virgen fue destruida en la pasada guerra civil.  























A raíz de la desamortización comenzará el proceso de deterioro de la iglesia, hasta llegar al estado actual de ruina, ya que ha perdido las cubiertas y bóvedas y buena parte de los muros y las torres, siendo el ábside heptagonal la zona mejor conservada. Esta iglesia fue declarada Monumento Nacional el 22 de diciembre de 1982 y posterior y conjuntamente con el resto del mudéjar aragonés fue declarada Patrimonio de la Humanidad el 14 de diciembre del 2001. Tras la restauración de las ruinas, se ha convertido en el auditorio al aire libre de Magallón, que lleva el nombre de Ramón Salvador, quien fuera director fundador de la Banda de Música de Magallón en 1899 y autor de la famosa jota "La Olivera" popularmente conocida como "La Magallonera".






Camino de Agón, seguimos la vía verde del antiguo trazado del ferrocarril de Cortes a Borja, conocido como el escachamatas o el Borjica. La línea se inauguró en 1889 y dejó de prestar servicio en 1955. Un olivo centenario adorna la plaza, en la solana hay varios tenderetes: las rosquillas son tentadoras… En un extremo hay preparada abundante leña para la hoguera de san Sebastián. De época medieval conserva unos restos de la torre del castillo, junto a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles, construida en estilo gótico tardío, en la que cabe destacar su torre mudéjar. En un extremo del parque al lado del Huecha, hay una gran bomba, no sé si dinámica o de desplazamiento, que en su día bombeó el agua para el riego. Allí estaban los agoneros doña ‘Adela’, que en improvisado púlpito y a viva voz explicaba a un atento auditorio hasta dónde llegaron las crecidas del río y el desastre natural que produjeron; y, a la par, don ‘Simón’, voz pausada y discreta, daba cuenta sobre el funcionamiento de tan singular bomba y cómo con su fuerza conseguía que el agua llegara a los sedientos campos. 

   












Gañarul es hoy un pequeño despoblado perteneciente al municipio de Agón, muy cerca de Magallón. Quedan en estado de ruina total las casas que configuraron la localidad y el palacio del señor, aunque aún conserva el cercado del jardín con encina centenaria en su interior. Alejada de los edificios se encuentra la antigua parroquia de Gañarul, se trata de una sencilla construcción del siglo XIV de dimensiones reducidas de planta rectangular, con cabecera plana y una nave única, reforzada al exterior por contrafuertes macizos. 



 Ermita de Gañarul en 2016. APUDEPA












Posee una sobria decoración al exterior que consiste en una banda de ladrillos a sardinel en zig-zag enmarcados en dos frisos de esquinillas. Todo el conjunto fue expoliado en la década de los 60 del siglo pasado. Desde 2017, el ayuntamiento de Agón es el propietario del despoblado de Gañarul, tras años de gestiones. En 2018, el Gobierno de Aragón acometió la consolidación y restauración exterior de la ermita declarada “Bien Catalogado” del Patrimonio Cultural Aragonés, este año se da por seguro que se acometerá la rehabilitación de su interior. La iglesia de Agón conserva la imagen sedente de la Virgen de Gañarul.  


















La comida en el parque del Río Huecha. Faltó la siesta. Seguimos el sendero del río. Un despiste, campo a través y enderezamos el camino en la balsa de Las Pozas. Cruzamos la carretera de Soria por debajo. A la derecha, los cabezos de El Quez. Alberite de San Juan se dibuja en el llano sobre un leve altonazo. Un arco de medio punto de ladrillo, llamado Arco del Lugar o de San Juan, nos da acceso al pueblo. Junto a los restos del castillo se alza la iglesia de la Asunción de construcción mudéjar, de la que destaca especialmente el ábside. La actual torre de la iglesia corresponde a la torre del castillo medieval, que se utilizó como campanario al igual que en Magallón. 



Apenas dos kilómetros nos separan de Magallón. Viñedos, olivos, cereales y la Huecha -que dirían aquí- nos han acompañado en un agradable día de invierno. Un café, charradica y ta casa.



Fotos de M. ÁngelesS, Javier, Matilde, 
CarmenT y Josemari