Esta vez Jose Mari nos hizo retroceder en el tiempo y situarnos en una ciudad celtibérica llamada Segeda, destruida por el ejército romano en el año 153 a.C
En estas fechas celebran una fiesta donde recordando el Santuario Celtibérico, construido teniendo en cuenta claras orientaciones astronómicas (un lugar de culto vinculado con el sol), pudimos contemplar con unas gafas especiales el equinocio de primavera. Vimos los puntos destacados del horizonte, donde el sol marca el inicio de tres estaciones claves en el ciclo agrícola.
Vivimos un mercadillo, comimos en el pueblo una comida popular (a base d lentejas con borraja y ensalada bañado con vino), visitamos la ciudad celtibérica con un agar reconstruido, bailamos con la banda, acudimos a una representación mitológica donde intentaban explicar el desplazamiento del sol por el firmamento y su retorno por la noche al mismo lugar de donde partió...
En fín un día completo, lleno de baile, risas y un muy buen ambiente compartido por 12 tertulianos que volvimos a casa con el olor penetrante de los almendros en flor, marcando el comienzo de la primavera.
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