Torreón de Navardún
y la Bal D'Onsella
Ruesta y la ermita de San Juan
Sábado, 23 de marzo
La excursión de
hoy nos lleva a las Alta Cinco Villas, a la Bal D’Onsella (o Valdonsella en
castellano), entre las sierras de Leyre y Santo Domingo. Nuestra primera parada
nos lleva a Navardún, mejor diremos al torreón de Navardún, solitario vigía en las duras tierras de frontera entre los reinos
de Navarra y Aragón en la Alta Edad Media, hoy convertido en oficina de turismo
y centro de interpretación donde se explica cómo era la vida aquí hace 700 años.
Un viaje, que Carlos Ripalda, buen
conocedor de la historia local y sus tesoros, nos acompañará en un ameno recorrido
por todas las estancias en las que se muestra tanto la vida cotidiana como los
grandes acontecimientos de la época, tan desconocidos e interesantes.
Levantado en el
siglo XIV, con vestigios muy anteriores, rodeado por un recinto fortificado del
que solo se conservan algunos vestigios, con sus 26 metros de altura, divididos
en cuatro plantas de piedra de sillería, es un buen ejemplo de fortaleza defensiva
y residencial. La Diputación de Zaragoza lo adquirió en 1981 y lo salvó de la
ruina, tras un proceso de restauración que concluyó en 2011. Lo culmina una terraza
almenada. El día invita a deleitarnos con la espléndida panorámica: el río
acariciando el valle, el cercano Urriés, Gordués en lo alto, los montes de
Santo Domingo, Luesia y Uncastillo, la sierra de Peña, el valle del Aragón, la
sierra de Leyre.
Aunque no lo parezca,
antiguamente se utilizaba su curso para bajar los troncos de los árboles que se
cortaban en la sierra de Santo Domingo.
Dejamos Navardún.
La carretera discurre paralela al río. Isuerre , situado sobre un montículo,
nos observa indecisos por si seguimos el recorrido por la carretera o la senda
marcada como pequeño recorrido junto al río. El río Onsella -el nombre hace
referencia a una posible abundancia de osos (onsos en aragonés) en tiempos pasados-, discurre por el tranquilo
valle. Sus aguas ya no mueven los molinos de Lobera e Isuerre, solo riegan los
escasos huertos que aún pueden verse junto a su cauce. Seguimos, bajamos, vadeamos,
comemos… Indecisos, llegamos a Lobera. Regresamos sobre nuestros pasos para
dirigirnos a Ruesta. En la margen derecha del Onsella está Urriés, sobre el
pueblo destaca la torre de la parroquial.
La historia
reciente de Ruesta está ligada a la
construcción del embalse de Yesa y la posterior inundación de la
mayor parte de su término, que supuso también su abandono y desaparición como
entidad en 1965. Veinte años después la Confederación Hidrográfica del Ebro
cedió su uso al sindicato Confederación General del Trabajo de Aragón -a excepción
del castillo, de propiedad particular-, dentro de un plan de recuperación de
despoblados ocasionados por los embalses. La CGT, junto al Colegio Oficial
de Arquitectos de Aragón, ha reconstruido
varios edificios que, en la actualidad, están destinados a albergue y casa
de cultura.
El dramatismo del
abandono. Tejados hundidos, fachadas caídas y el expolio se han llevado poco a
poco lo escaso que quedaba…
El albergue y la
Casa de Cultura Ramón Acín
El Camino de Santiago en la variante del camino francés discurre por
aquí y a pocos metros de él se sitúan dos ermitas románicas de gran
interés histórico. La de Santiago, siglo XI, formaba parte del
hospital-priorato de San Jacobo de Ruesta, a unos 800 metros siguiendo el
camino jacobeo y que no visitamos. Y la de San Juan Bautista o de Maltray,
situada en el entorno del pantano. A unos metros, camino de Artieda, un poste
señalizador nos indica la senda para llegar a la misma.
Antes de 2000...
...y después, esperando...
La ermita de San Juan Bautista de Ruesta fue
levantada en el siglo XII, aunque su nave fue reconstruida en el XVIII. Fue
esta parte, amenazada de ruina, la que se cayó en 2000. A la espera de su
restauración, se cubrió mediante una estructura provisional. Pero la ermita es
famosa por haber albergado un conjunto de pinturas románicas del siglo XII que
hoy se conservan en el Museo Diocesano de Jaca. Al arrancarlas y pasarlas a lienzo, apareció bajo las mismas una
segunda cara de Cristo, que fue ocultada bajo otra capa de enlucido para
realizar la nueva pintura.
La noche se nos echa encima. En Berdún, café, cervecica,
dulces… y ta casa rapidicos por la autovía.
Fotos de Matilde, Pepe, Asún,
Nines y Josemari
1 comentario:
Disculpen, pero no es bal d'Onsera sino D'Onsella .Gracias
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