Sábado, 17 de noviembre
Un día gris,
tranquilo para disfrutar el valle del Garona en todo su esplendor otoñal. Encajado
entre las sierras de Javierre y Caballera, el estrecho valle sigue el curso del modesto río Garona -nace en las faldas del monte Peiró-
hasta su desembocadura en el Gállego, en el pantano de La Peña. A unos tres km
de Arguis una señal a la izquierda nos indica el camino hacia el pico Peiró.
Recorremos un tramo de pista hasta el cartel que señala el comienzo de la senda.
Esta Empieza con una fuerte subida entre pinos y bojes durante aproximadamente
unos 700 metros que quita el aliento.
Marcha lenta. Sigue una zona más suave de llaneo. Ante la vista aparece el monte
Peiró con sus peculiares pliegues que caracterizan su cara norte. Nos introducimos
en el bosque de hayas. El ocre de las hojas contrasta con el intenso verde del
musgo. Viejos troncos y algún tejo entre el hayedo. A través de las ramas se
atisba vistas del valle y la sierra de Bonés. Tras el hayedo, la senda discurre
en terreno abierto entre erizones y bojes hasta la cumbre. De vuelta, ¡cuidado
con las culadas: terreno resbaladizo! Llovió la noche anterior.
La sinuosa
carretera sigue en paralelo al río. Esta recorre el pueblo de Bentué de Rasal: es la calle principal.
El casco urbano mantiene bien su arquitectura tradicional con sus tejados de losas,
aunque ya no sobresalen sus grandes chimeneas, sino que son más pequeñas, como
‘chupones’. La iglesia de San Cristóbal
es de origen románico, pero muy reformada en los siglos XVI y XVII, con una
galería románica porticada con tres grupos de vanos geminados cegados. El arco
de acceso ha destruido parcialmente uno de ellos. En el muro norte, un perfecto
absidiolo da cobijo a la pila bautismal del templo.
Los ocres y
marrones de los robles tapizan las laderas que protegen el valle. Llegamos a Rasal, bien conservado, con algunas
grandes casas y monumentales chimeneas troncocónicas con espantabrujas. Su
iglesia de San Vicente es del siglo
XVIII. Acertamos con la persona que guarda la llave. En el interior se
guarda la imagen sedente de la Virgen Negra, una talla románica del siglo XII
rescatada de la arruinada ermita de Ntra. Sra. de los Ríos. Un largo pitido
alteró el silencio. El sábado viene la panadera de Javierrelatre: cayeron en la
bolsa pan y tortas.
El valle se va
abriendo. A 1,5 km de Rasal un cartel nos señala el camino a la ermita de San Juan Bautista de Omiste, siendo el
ejemplar de románico del Gállego más alejado del núcleo larredense (iglesia de
san Pedro de Larrede), lugar donde surgió este estilo. Fue en origen la
iglesia parroquial de un pueblo ya desaparecido en el siglo XVI. La fecha de su
construcción se remonta al último tercio del s. XI.
Solo la cabecera del templo es enteramente original. La nave, en su mayor parte, es de fecha posterior. Al exterior, el ábside se decora con cinco arquillos ciegos apeados en pilastras o lesenas y sobre la cual aparece el típico friso de baquetones. Un pequeño vano abocinado es el único punto de luz al interior. Descubierto en 2003 tras el encalado los restos de un conjunto mural del siglo XIII, pero fue imposible concertar la visita.
La luz del ocaso
va cerrando el horizonte. En Arguis, el café de despedida en el bar de siempre.
Algunos aprovecharon la cadiera junto a la chimenea. Un día, en realidad, incluso tranquilo.
Fotos de MarianoG, Matilde,
Maite
Nines, Asun y Josemari
MG
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